sábado, febrero 14, 2009
Conference 2014 - La entretenida cabina de traducción al español
Cuando la Hna. M. Kornelia me preguntó si quería ir a de traductora a la Conferencia 2014, le dije que sí a los cinco minutos, y a la media hora ya tenía mi pasaje de avión con millas. Jamás había hecho traducción simultánea, solo muchas traducciones escritas para schoenstatt.de en el tiempo cuando la Hna. todavía no tenía tantos traductores buenos como los tiene ahora. Pero la gran oportunidad de participar en un evento tan importante hizo que no lo pensara dos veces. Me repetí muchas veces que me pondría a practicar de alguna forma, pero ese momento nunca llegó.
Éramos cuatro personas en la cabina de traducción al español. A mí me tocaba del inglés al español y otros tres del alemán al español: María Paz Leiva, de la Federación de Familias de España, Juan Viñas, seminarista argentino de los Padres y la Hna. M. Adriana, de Ecuador pero que ya lleva varios años en Alemania. El grupo era de lo más diverso pero nos acoplamos de lo más bien. Yo tenía poco trabajo pues no eran muchos los participantes que hablaban inglés. Los otros tres, supuestamente tenían que turnarse cada 20 minutos, pero era tanto lo involucrados que estaban con lo que iba sucediendo que prácticamente Juan y Ma. Paz se 'apoderaban' del micrófono por largas horas... Y la Hna. Adriana pedía de vez en cuando que la dejaran hacer acto de presencia. Muchas veces nos metíamos los tres o los cuatro al mismo tiempo en la cabina. Sobretodo cuando afuera en la sala abrían las ventanas y la cabina era el lugar más abrigado. Luego de las intervenciones nos quedábamos un buen rato comentando las intervenciones y la Hna. Adriana abría la puerta y se reía (y nos hacía reír) de lo apasionados que estábamos con todo lo que iba sucediendo... Ma. Paz con su fogosidad española, de lo más divertida, y Juan con su entusiasmo juvenil, lleno de ideales y la Hna. Adriana con sus agudas observaciones que nos hacían reír. Nuestra cabina era la única que no estaba detrás del público, sino que podíamos ver claramente las caras de todos y disfrutar de sus intervenciones. Eso sí, no podíamos ver lo que estaban poniendo en la cartelera y casi teníamos que adivinar lo que iba pasando. Era emocionante escuchar las exposiciones, en especial la claridad de algunos padres jóvenes, del amor a la Mater que se traslucía en las parejas que participaban, del entusiasmo de las hermanas.. Lo mejor de todo fue experimentar la fascinación con la que los participantes sentían esa unidad, ese descubrir como niños que todos estaban sintonía y que el amor al Padre era lo que predominaba.
Luego de las intervenciones y actividades de la Conferencia, nos reuníamos con los otros voluntarios. La Hna. M. Kornelia y el P. Matheus reunieron a un grupo muy eficiente y colaborador. Realmente admiré profundamente su entrega y su disponibilidad. Verlos trabajar hasta largas horas de la noche, y luego al día siguiente levantarse con una sonrisa es toda una experiencia. Algo que nuestro Padre siempre nos recalcó y nos dió ejemplo, es el ser magnánimos, dar siempre más de lo que podemos, tenemos el mejor modelo de eso en nuestra querida Madre y Reina. Es por eso que trabajar en equipo con schoenstattianos es siempre un placer y una alegría. Seguramente todos los que participamos como voluntarios vamos a echar de menos esa semana tan llena de emociones y recuerdos, contentos de haber sido parte de algo histórico para el Movimiento de Schoenstat. Y estaremos listos para el próximo evento.
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