sábado, diciembre 31, 2005

La puerta del armario y la puerta del Santuario


A principios de Diciembre, estrenaron la película “Las crónicas de Narnia”. Yo sólo sabía que C.S. Lewis era un autor cristiano y que los libros estaban llenos de metáforas de la vida de Cristo. Uno de mis alumnos de la clase de confirmación habló con tanto entusiasmo de la película, que la fui a ver enseguida. Y sí, quedé también muy impresionada y la recomiendo a todos, especialmente a aquellos que tienen corazón de niño. En la historia, una niña, jugando a las escondidas con sus hermanos descubre un viejo armario, abre la puerta, se esconde en él y de repente, cuando esperaba llegar al fondo, se encuentra con un mundo extraordinario, diferente, el país de Narnia, cubierto de nieve y esperando a que su salvador regrese. Ninguno de sus hermanos le cree al principio, pero más adelante todos se lanzan a la aventura, cruzando la puerta del armario.

Días después, en el día de Navidad aquí en Schoenstatt, me dirigía al Santuario Original desde la Press Office... En las afueras había gente deseándose feliz navidad y conversando. Cuando entré al Santuario, las luces estaban tenues, había velas encendidas, el Santuario estaba adornado de forma hermosísima, y el pesebre tenía las figuras más bellas de todo Schoenstatt. Y estaba Ella, la Mater, con sus ojos misericordiosos, custodiando a su Hijo y recibiendo a todos con amor. Me sentí como transportada a otro mundo tan solo cruzando por la puerta del Santuario.

Las miles y miles de personas que entran a los más de 180 santuarios en todo el mundo, experimentarán siempre algo parecido, esa calidez, ese poder descargarse de sus problemas para dejarlos manos de María, a cambio de nuestros sacrificios, de nuestras oraciones, de nuestros esfuerzos por crecer en el amor.. Nada sin ti, nada sin nosotros.. Me llamó la atención cuando la hermana M. Kornelia la llamó “espiritualidad de contrato”, al ver que yo le había pedido a una chica de Chile que por favor nos cediera el nombre de un blog que ella había creado www.nadasinti.blogspot.com, y yo a cambio rezaba por ella en el Santuario Original. (por cierto aceptó encantada y ahora ese es el sitio donde se puede pedir rezar por alguna intención, visítenlo).

Comprenderán por el título de mi blog, www.puertadelcielo.blogspot.com y por la comparación previa, que me fascinan las puertas. María es la puerta a nuestra Salvación, a Cristo, y nosotros podemos ser puertas para que otras personas vean a Cristo. Para que experimenten esa calidez, esa alegría que se siente en el Santuario.

El Padre Kentenich, una y otra vez repetía que el “antídoto” o más bien la coraza para defenderse de las corrientes del mundo de hoy, es la vivencia de familia, de hogar. El estar “uno en el otro, para el otro, con el otro”. Y en algún libro leí que los amigos son la familia que uno escoge. Quizá una de las experiencias más fuertes de estas dos semanas en Schoenstatt ha sido el compartir con personas que no había visto nunca antes en mi vida y hacer aquellas “amistades instantáneas” de las que ya he hablado en otros relatos. Conexiones, vínculos, generosidad intercambiada, miradas cálidas. La Mater es la madre de todos nosotros y por ello nos sentimos vinculados y hermanados.

Otra experiencia importante para mí ha sido poder pasar más tiempo en la Oficina de Prensa de Schoenstatt, ya no virtualmente como todos estos años, sino tener mi huequito temporal y físico ahí, (por alguna razón que no entiendo siempre me senté en el mismo lugar de la mesa octagonal)... Y el tener la oportunidad de transmitir a los schoenstattianos y no schoenstattianos de lugares tan remotos como China y Australia, algunas de los acontecimientos vividos aquí por medio de fotos y videos. Asimismo fue una interesante experiencia escuchar a la Hermana M. Kornelia reflexionar sobre tantos temas, sobretodo la importancia de la internacionalización de Schoenstatt. La importancia de no sólo admirar o ver lo que puede aportar la mentalidad o cultura de su país, sino saber incluso “ponerse en sus zapatos” y absorber lo bueno. Ella dice textualmente que todos los schoenstattianos que no lo conocen, deberían aprender a hablar castellano, pues es muy fuerte la corriente de vida de la gente en los países latinos, y es un gran aporte para Schoenstatt.

Durante la mayor parte de mi estadía en Schoenstatt me alojé en la misma casa donde el Padre Kentenich vivió los últimos tres años de su vida. (Schulungsheim). Ahí conservan su pieza y fue toda una experiencia pasar allí un buen rato y hasta tener tiempo de detenerme a mirar los títulos de los libros de su biblioteca o las cosas que utilizaba. Pude releer algunas de sus pláticas y fue como un volver a poner en perspectiva muchas cosas. El ha sido la puerta para encontrarnos con María y por lo tanto con su Hijo, para encontrarnos a nosotros mismos, para encontrarnos con Dios Padre.


Como la puerta del armario en Narnia, entrar por la puerta de María, del Santuario, del Padre, es entrar a un mundo maravilloso, que es un camino de santidad. Seguir leyendo el artículo

sábado, diciembre 24, 2005

Dios-con-nosotros (Emmanuel)


Schoenstatt, Alemania, 24 de Diciembre, 2005

Querido Niño Jesús

Hoy, como todos los días, vienes al mundo a salvarnos. Pero como nosotros somos seres finitos y nos gusta dividir todo en minutos, horas, días y fechas, celebramos hoy tu venida en forma especial. Aquí en Schoenstatt, este sencillo lugar donde tu Mamá se ha establecido de forma especial, tu venida se celebra quizá, con mucho más profundidad que en otros lugares del mundo. Con profundidad y también quizá con mucha “prolijidad”, pues además de la preparación espiritual, con los cantos diarios de las antífonas de la O y las búsquedas de albergue, hay muchos detalles y arreglos que hacen que el ambiente contribuya a preparar el corazón a lo que vendrá.

Estos arreglos “físicos” y visibles no llegan todos de golpe como por ejemplo en América, donde desde Noviembre ya todo tiene adornos de Navidad. Sino que las estrellas de paja, los árboles, nacimientos y arreglos van apareciendo poco a poco la semana previa a tu Nacimiento. Es una gran fiesta.

Es contagiante la alegría de las más pequeñas, las chicas que han venido a Schoenstatt a pasar algunos meses, haciendo tareas sencillas, pero que ayudan a conocerse mejor y a apreciar las cosas pequeñas de la vida, las pequeñas alegrías. Se han alegrado por la nieve que cayó hace una semana, por hacer y rehacer un pesebre, (como el de la foto, hecho y vuelto a hacer por Inmaculada de España) y hasta por tener la oportunidad de hacer pequeños sacrificios.

Quizá lo que más llama la atención aquí es la generosidad y la alegría, en un marco donde se sienten gracias especiales.

Gracias Niñito por supeditarte a nuestros deseos y a nuestras fechas, porque sabemos que vienes de forma especial hoy. Se siente en el aire y en el corazón. Tú vienes, y de forma especial a los que tienen corazón de niño. En tus manos ponemos tantas intenciones que tú conoces. Ven y ven pronto, ven y nace en nuestros corazones!! Seguir leyendo el artículo

jueves, diciembre 08, 2005

Recogiendo mis pasos

A principios de Noviembre volví a Bahía de Caraquez después de casi 10 años. Aquellos que han leído mis memorias de la niñez “En una montaña de higuerilla” que está casi al final de este blog, se podrán imaginar lo importante que es para mí regresar a ese lugar. Ese texto lo escribí casi sin querer, y se lo pasé a mi mamá, quién rápidamente lo envió a varios de mis tíos y primos. Parece que causó algo de “conmoción” pues recibí comentarios y correos electrónicos incluso con acotaciones al escrito, como unas muy buenas de mi primo Xavier, que me hicieron dar cuenta que algunas partes me las había inventado, je,je... (Publiqué sus comentarios al final del relato) Incluso hace poco supe que una hija de mi prima que estaba de intercambio en Alemania se lo había traducido emocionada a la familia donde había llegado. Una prima me escribió contándome que en algunas ocasiones ha vuelto con su familia a Canoa (la playa cercana a Bahía donde estaba la casa de hacienda de mi abuelo) y sus hijos han podido experimentar esa libertad, y otra me dijo que no lo había podido seguir leyendo porque se emocionaba mucho, que alguna vez se lo leerá a sus hijos.

Quizá lo que más me ha llamado la atención es que otras personas que lo han leído en este blog se han sentido identificadas, porque han tenido experiencias similares. Me comentan que quisieran que sus hijos puedan vivenciar algo así. A propósito, los comentarios son muy bien recibidos, se pueden dejar al lado del título...

Desde que escribí ese texto siempre había soñado volver y tomar muchas fotos nuevas y escanear fotos antiguas. Hice el intento aunque la visita fue muy breve y el tiempo pasó volando. Y disfruté llegando a la “casa de 100 años” (aunque tiene más que eso) y en cada rincón se me venían imágenes de personas queridas que ya no están más que en nuestro corazón y nuestro recuerdo. Mi tía María Pía nos recibió muy bien y fue un gusto verla... También estuvimos con mi tío Leonardo y su familia conversando largo en ese maravilloso “porche” de atrás de su casa. Me dió gusto ver a mis primos menores hechos todos unos hombres de negocio, todos dedicados a actividades relacionadas con la agricultura, ganadería, avicultura, camarones e incluso a producir y distribuir unas bacterias que tienen un fin beneficioso pero que no puedo recordar para que son exactamente.

Siempre recuerdo que una vez , hace muchos años, Orlando Alcívar escribió en su editorial de “El Universo” que Bahía era una ciudad del “realismo mágico”. Así lo volví a sentir, cuando mi tía nos comentaba que los camarones que estábamos almorzando los hizo pescar, (no los fue a comprar como nosotros tendríamos que hacer eh?). O cuando el empleado del hotel del hermano de mi tío Leonardo llegó con la “colada morada” tradicional del día de los muertos y mi tío me hizo notar que en Bahía todavía no era como en las ciudades, que había que salir a comprar las cosas. O cuando mi tío José Antonio llegó con una cuajada recién hecha de la hacienda. O cuando pude sentarme a conversar con mi prima Mariela, que es una presentadora de televisión conocida, pero para mí es simplemente mi prima, y aunque seguramente no la veía en muchos años, era como si nos hubiéramos visto ayer. (Escuchen su Radio Fuego)

Toda esta introducción es para compartir con ustedes un pequeño video que hice con mucho cariño para mis primos, pero también para toda mi familia y mis amigos conocidos y no conocidos que visitan este blog. Si les parece extraña la canción de fondo, la elegí porque probablemente es una de las primeras canciones de las que tengo recuerdo, y porque el título de la canción era el nombre de una “fonda” que siempre veía cuando estábamos de salida, de vuelta a la ciudad y a la realidad.
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