martes, marzo 03, 2009

A un mes de la Conferencia 2014


Luego de tantas experiencias impresionantes en Schoenstatt, uno vuelve a la realidad y a un remolino de actividades que te dejan poco tiempo para degustar todo lo vivido durante esos 7 días en la Casa Padre Kentenich y Marienland. Me ha ayudado para ello leer en www.schoenstatt.de testimonios, en particular de algunas de las personas que hicieron de traductores durante esta conferencia en y los aportes de algunos de los participantes como los del Padre Rafael Fernández con todos los recursos que ha contribuido a este Schoenstatt Vivo, qué fantástico, ver tantos vídeos, fotos y entrevistas, es todo un comunicador.

Cómo yo fui para ayudar como traductora y colaboradora de la Oficina de Prensa de Schoenstatt, no estaba metida de lleno en los intercambios enriquecedores de los grupos, pero sí tenía la oportunidad de escuchar intervenciones de los participantes que me emocionaban y en algunas ocasiones se me ponía la piel de gallina. Unos eran graciosos, otros profundos, pero en todos se sentía mucha responsabilidad y amor. Las conversaciones profundas y la emoción no se detenían en las reuniones o plenarios, sino que seguían en los pasillos y durante las comidas.

En una aventura anterior con la Hna. Kornelia estuve en Roma ayudándola a cubrir ya sea con fotos o vídeo el encuentro del Santo Padre con los Movimientos en el 2006, y entre otros actos acompañamos a los miembros de la Presidencia General cuando se disponían a entregar los estatutos del Movimiento en la Congregación de los Laicos. Cuento esto porque cuando algunas personas vieron las fotos se quedaban con la boca abierta que yo haya estado con ellos. Pues en este encuentro, todos los participantes tenían la oportunidad de compartir con ellos. Se podían sentar a su lado en las comidas, o intercambiar impresiones. Me impresionó por ejemplo, ver a la Hna. M. Jacoba, Superiora General de las Hermanas, haciendo de secretaria en uno de los grupos, o al P. Walter, Superior de los Padres participando del “trencito” al son de la música que se armó en una celebración en que miembros del Movimiento de Alemania agasajaron a los participantes. Y en las participaciones se le daba tanta importancia a la opinión del P. Strada, postulador de la Canonización de nuestro Padre Fundador, como a la de Luis, el extraordinario joven que enviaron de representante del Uruguay. Como muchos lo han mencionado, se experimentó un verdadero espíritu de Familia reunida en torno a nuestro Padre y Fundador.

Alguien a quien le contaba hoy lo que había hecho en esa semana de vacaciones que me tomé, me dijo que se alegraba por qué es una hermosa experiencia cuando uno pasa con personas con las que está en sintonía. Y es verdad, nos pasa cada vez que nos encontramos con un schoenstattiano, experimentamos enseguida una gran calidez, esa mirada fraterna y esa alegría de niño. Es un testimonio de que la Alianza de Amor que nos une es una realidad, no es un invento, la hemos vivido en carne propia, hemos visto la transformación en otros y en nosotros mismos. Y en el Schoenstatt original ésto se experimenta con más intensidad. Siempre lo repito, son tantos los detalles y regalos que se reciben, que solo falta que la Mater y el Padre Kentenich se te crucen en el camino. A decir verdad, lo hacen, en sus hijos.
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domingo, marzo 01, 2009

Un gran incendio


Reflexiones sobre el Espíritu Santo

Comparto con Uds. una charla que dí hace algunos años sobre "los colores" del Espíritu Santo, el gran artista, escultor y pintor...

Hace poco leí sobre un pequeño, vecino de un gran taller de escultura, entró un día en el estudio del escultor y vio en él un gigantesco bloque de piedra. Y qué después de dos meses, al regresar encontró en su lugar una preciosa estatua de un caballo. Y, volviéndose al escultor, le preguntó: “Y cómo sabías tu que dentro de aquel bloque había un caballo?” Esta frase es más que una gracia infantil, porque la verdad es que el caballo estaba en realidad dentro de aquel bloque u la capacidad artística del escultor consistió en descubrir el caballo que había dentro e irle quitando al bloque de piedra todo cuanto le sobraba. El escultor no trabajó añadiendo trozos de caballo al bloque de piedra sino liberando a la piedra de todo lo que le impedía mostrar al caballo ideal que tenía en su interior. El artista supo ver dentro lo que nadie veía. Ese fue su arte.

El tema de esta pequeña charla es conocer a este Escultor, al gran artista de nuestra auto-educación que es el Espíritu Santo, y como va tallando en nosotros la imagen que Dios tiene de cada una, para hacernos en forma original una pequeña María. También este tema quiere conocer a los operarios del taller del Espíritu Santo que somos nosotros, cada una de nosotros, que colaboramos con él en la obra maestra de nuestra auto-educación. No queremos hacer gente en molde, o masificada sino gente genuina, original, que sabe sacar de nuestro interior todo lo que estorba, los trozos de piedra que sobran y que impiden que yo me muestre como soy.
Queremos conocer a este gran artista, nuestro Maestro, amigo y educador, que es llamado por la Iglesia como el Santificador, que mayor obra de arte que preparar almas para el cielo, pequeñas y grandes joyas que pueblan el cielo, esos son los santos y nosotros queremos también ser esa preciosa piedra de diamante para adornar el manto de María. Hace pocos días salió en el periódico una foto de un gran diamante que iba a ser subastado en miles de dólares. Si eso vale una piedra cuanto más valdrá nuestra alma en gracia.

Podríamos decir que el Espíritu Santo es un pintor, él es que imprime en nosotros la imagen de Cristo... Así lo llamaban los padres de la Iglesia "iconógrafo" pintor de imágenes sagradas.

¿Y cómo y cuando pinta este gran artista? Cada artista es original, plasma en su obra su estilo, su sentir, lo que lleva dentro... Ellos van combinando colores y formas... claros y oscuros, texturas.. así combina el Espíritu los colores en nuestra alma, alegría y fuerza, ánimo y dulzura...

Imaginémonos un color amarillo brillante ¿Sabían que hasta en una sonrisa actúa el Espíritu?... Aunque parezca mentira, hasta en la alegría pasajera que da comerse un chocolate... la alegría de recibir una carta inesperada, de haber pasado un examen, de recibir un regalo, la profunda alegría de disfrutar un hermoso paisaje, una caída de sol, o las montañas. Pensemos ¿que nos causa alegría, con que nos divertimos, como son nuestros chistes. La risa y la carcajada son una buena terapia, Pero a veces nos reímos de vulgaridades, de chistes de doble sentido, “ni en vivo ni en directo” o reímos por compromiso, para no quedar mal. Utilizamos a los demás como causa de nuestra ‘alegría’, cuando nos burlamos o reimos de un defecto físico, de una situación embarazosa que vivió. No sería lo mismo si se rieran de nosotros. Es un gran apostolado el dar alegría a los demás, regalar a otros sanas entretenciones, por ejemplo con juegos chéveres, ej: “Situación límite” En que ocupamos nuestro tiempo libre, somos telemaniáticos, no sabemos en que entretenernos, somos vagos y aburridos hasta para divertirnos, preferimos lo que menos nos cuesta.

Otro color, se me ocurre que puede ser azul. En un libro que leí el autor decía que el Espíritu incluso nos ayuda a resolver problemas matemáticos... sostenía que había pocos placeres mayores en el mundo que el resolver con puro esfuerzo mental un difícil problema matemático, llevar a cabo felizmente un experimento nuevo en el laboratorio, las cosas van encajando, se hace la luz, él Espíritu está actuando... Podemos recurrir al Espíritu Santo para que nos de inteligencia, nos ayude entender las materias que me son más difíciles, para algunas las matemáticas, química, biología, física o filosofía. no hay duda que hay que tenerlo presente en los exámenes... el oído debe estar atento, no a lo que están diciendo los demás, sino a las insinuaciones del Espíritu. A todos nos ha pasado... ¿no?

Pero también conocer a conocer y profundizar en lo profundo de nuestra alma, entender el mensaje que Jesús nos dice en una lectura bíblica o lo que semanalmente aprende en las reuniones de mi grupo. A este don o color se lo llama entendimiento, darle espacio a Dios para que nos muestre su voluntad. Aquí me gustaría también tratar algo, a veces somos muy mediocres o vaguitas, pasamos el día chateando en INTERNET, “navegando” o jugando nintendo. Atrofiando nuestra inteligencia. Nuevamente vuelvo a como pasar el tiempo libre: creo que no conocemos a un gran amigo que puede ser “un buen libro, lecturas positivas, instructivas, crsitianas. Lo poco que leemos a veces es de espiritismo o nuevas doctrinas filosóficas como el New age o meditaciones orientales sin importar si son o no cristianas. Cogerle el gusto a la buena compañía de un buen libro .

Veamos otro color, el blanco ¿a qué suena? Pureza, autenticidad, veracidad, transparencia: la verdad. Todos nos sentimos portadores de nuestra verdad, que muchas veces es concluída de lo que hacen la mayoría. No depende de valores o pincipios sino de lo que está publicitándose. A veces no sabemos ni lo que afirma la Iglesia sobre la clonación, el matrimonio o divorcio. Etc. El Espíritu Santo es espíritu de la verdad, así lo llama Jesús. El nos guiará a la verdad completa. Ahora se habla de la realidad virtual, amigos virtuales, experiencias virtuales. Es decir que se logran desde la pantalla del computador. Hasta puedo sacarme fotos virtuales.
Pasos para colaborar con la verdad:

- Educar nuestra conciencia, conocer los principios y reflexionar como debo aplicarlo a mi vida. Actuar conforme a la verdad, no por mis caprichos o mi conveniencia.
- Me esfuerzo por averiguar las causas verdaderas de sucesos o circunstancias: cuando trasmito algo debo preguntarme si realmente dijo eso o he puesto yo en sus palabras mi propio sentimiento, le pongo color, exagero, invento un poquito porque a mí una vez me pasó así con ella mismo.
- Me cercioro de un hecho: quién lo dijo y como lo dijo (Ej. En los chismes que trasmito. Los tres coladores de la verdad: es verdadero, es positivo, es necesario
- Me educo para opinar y juzgar con madurez y criterios, (pense que, creí que) no decir enseguida todo lo que sentimos “una lengua dominada libera el alma, la tranquiliza y hace atrayente” así podemos ser tomadas en serio o se nos puede confiar algo. “No me gusta el chisme pero me entretiene”
- Respeto la verdad por medio de un hablar sincero y actuar rectamente. (no acostumbrase a hacer cosas a escondidas de los papás)
- Ser valiente de decirla y de reconocer nuestros errores, admitir nuestras faltas, no justificarse, ni mentir ni decir verdades a medias. No engañarnos a nosotras mismas. Nuievamente aquí sale la educación de una conciencia recta. El ejemplo de Felipito (no se puede escuchar esa vocecita por el ruido)
- Ser auténtica significa también no tener dobles intenciones: por ejemplo ayudo a estudiar a una compañera pero en el fondo no es por su bien sino porque me gusta su hermano, o porque ella tiene amigos cheveres, o es bonita, agradable. Reconocer uno mismo ante la Mater el motivo de mis actuaciones.
- Esforzarse por descubrir y reconocer lo noble y bueno que tiene la otra . No guardar rencor o sentimientos suceptibles contra otro, no me miró, no me ayudó. No encasillar todos podemos fallar y mejorar darnos una oportunidad.
Nuestro Padre fue un amante de la verdad, aún en el campo de concentración nunca se acomodó al lenguaje vulgar, o a la comodidad, el decía que siempre se esforzó para que “Ustedes pudieran verme en cualquier situación.
San Pablo nos impulsa a respetar la verdad “Estad atentos a los que es verdadero, noble, puro, digno de ser amado, agradable”
Por eso el blanco es pureza, autenticidad, valorarse uno mismo para no tener que ver en otros nuestro valor, ni imitar modelos vurtuales.
Sigamos pintando.. Rojos y los rosados.. el haber encontrado un amigo, una amiga de verdad... ese contacto especial entre dos almas que cala hondo, que no se sabe cómo empezó, que no pone condiciones, que no exige garantías, ese inspirar confianza y merecer confidencias... todo eso es don del Espíritu en el fondo del alma. Él está actuando, está pintando... en el amor obviamente también, es que Él es el Amor..., el enciende el corazón, ya sea por el enamorado, por los papás, hermanos, amigos, o en la solidaridad con la persona necesitada. Es Él el que me debe alertar, abrir , sensibilizar ante la presencia de cualquier hombre y mujer para reconocer la igualdad de sangre, el sello de familia... El Espíritu Santo nos enseña a amar de verdad, no en forma egoísta, sino como Jesús nos amó, es decir dando lo mejor de nosotros, lo verdadero, no aparentar, sino dar lo autentico.
El Espíritu Santo nos ayuda a encausar el amor, decimos que amar es sentir, es que siento que muero por él. que a veces es muy fuerte, apasionante, desbordante, casi como el fenómeno del Niño que arrasa con todo. Amar no es sólo sentir sino también pensar, como la Mater que antes de decir sí preguntó como iba a ser eso si no conocía varón” una vez que el Angel le dijo que todo era posible para Dios, ella dijo Sí.
A veces amar significa renunciar, a verse todos los días, a llamar menos, a permitir estudiar o estare con su familia y amigos, no absorber. A veces dañamos el amor, que es regalado por Dios pero que por nuestro deseo sin límite daña el regalo, lo maltrata y entonces debo de separarme un poco.

Aquí necesitamos la ayuda de dos colores: el violeta y el café.
El violeta para elegir, optar, tomar decisiones correctas, me conviene este chico o no. Esta amistad con esta amiga, me absorbe, me hace bien o no. Lo llamamos el don de Consejo. Nos ayuda a tomar la decisión correcta en el tiempo oportuno.

Y el café de la fortaleza, para realizar lo decidido, nos ayuda a fortalecer la voluntad y ser recias como un roble, como el tronco de un gran arbol. Nos ayuda en nuestra debilidad, a ser audaces, incluso a dar la vida por Jesús, por nuestra fe. A hacer sacrificios por amor.

Y me falta un color: el verde de esperanza. A creer y esperar más allá de la situación actual, a ponerme metas altas. Tener ilusiones grandes y buenas. También a dar los pasos para alcanzar esa esperanza. Por ejemplo quiero ser astronauta pero no hago nada para prepararme. Quiero ganar una medalla olímpica pero ni siquiera troto un rato en el parque. Quiero ser doctor pero no soporto amanecerme para estudiar.

Para tener esperanzas debo creer que valgo, que tengo una misión, algo nuevo que aportar a los demás. Una vez leí de un chico que quería ser artista, sólo tenía esa ilusión y siempre se le cerraron las puertas y ahora que no puede realizar su sueño se siente frustrado hasta querer morir. Entonces es necesario tener siempre abierta más de una puerta, tener varias esperanzas y nos sólo una.

Y el Espíritu Santo forma un gran arco-iris de colores la combinación de cada uno en su tiempo, en cada momento va haciendo de nosotros esa imagen preciosa y original de María. Este arco-iris se forma en la oración, en esa conversación constante, en la vocecita interior de la conciencia, que nos dice lo que es mejor y lo que no debemos hacer. Para eso es necesario hacer silencio, escuchar las insinuaciones del Espíritu Santo .

A veces Él está actuando en lo que podemos llamar "casualidades". Hace poco leía un ejemplo que contaba una chica de la Juventud Femenina de Alemania en una revista... ella decía que tenía un deseo interior de ir a Schoenstatt (al lugar, allá tienen esa suerte) pero que lo dejaba de lado... hasta que le escribió a una amiga invitándola a ir juntas allá. Su amiga le contestó sorprendida pues ella también tenía un deseo muy fuerte de ir a ese lugar santo.

Así es el Espíritu Santo es un pintor maravilloso y como les decía antes así como un pintor pinta lo que lleva dentro, el Espíritu plasma en nosotros la imagen de Cristo.
Les voy a leer una cita que encontré en un libro elaborado en Roma por el Comité del Jubileo del año 2.000. Talvez a ustedes no les llame la atención, pero yo me sorprendí tanto cuando leí este párrafo, me alegré, creo que hasta me emocioné, es que creo que lo dice todo y además me alegré de estar en la "espiritualidad correcta", al menos en sintonía con la Iglesia, dice así:

"El cristiano está verdaderamente redimido cuando deja que el Espíritu infunda dentro de él el espíritu filial —espíritu de libertad y de incondicional confidencia—; es decir, cuando se siente como un niño que tiene absoluta necesidad del padre a quien dirigir su plegaria filial, y que por sí solo no puede decir ni siquiera "papá""
talvez no les suena esto nada de nuevo pero..

¿Saben? puedo usar este ejemplo para hablar de otra forma de acción del Espíritu Santo, quizá a ustedes les ha pasado también eso que me pasó a mí, puede ser que ustedes hayan estado leyendo la Biblia y de repente hay algo que les llega, que las toca, se hace la luz, se les aclara todo... y quizá eso mismo lo habían leído o escuchado muchas veces, pero ahora encuentran ahí una respuesta, es el "aleteo" del Espíritu. A veces en la segunda vez o quizá que leí un libro encuentro algo que me penetra. Jesús dijo "El viento sopla donde quiere", sí uno realmente no sabe de donde viene y a donde nos lleva. El está actuando en nosotras hay que estar más atentas, dejarnos sorprender.

Es que el Espíritu Santo hace todo nuevo, hace ver distintas las cosas, por eso dice la Iglesia que es El quien renovará la tierra, va a re-crear, nos va a transformar de hombres viejos a hombres nuevos, es el que da la vida nueva. Un alfarero si le parece que no le está bien la vasija que estaba haciendo la vuelve a hacer ¿no?
Entre las cosas interesantes que hacía mi prima, esta chica que es bien artista, había unos tejidos, tanto algo así como un macramé, como bordados o tapices. Se necesita paciencia para ese tipo de cosas, realmente felicito a aquellas de ustedes que les gusta bordar en punto de cruz y tienen la constancia y la perseverancia para hacer tantas cosas preciosas. Bueno, pues se habrán dado cuenta de que por el lado derecho de los tejidos todo se ve lindo y del lado del revés es un pequeño desastre, nudos y enredos. Así mismo podemos decir que el Espíritu Santo es un experto tejedor en nuestra vida, o al menos nos quiere guiar para dar la puntada correcta. En nuestro diario vivir tenemos muchos momentos en que tenemos que tomar decisiones ¿no? A veces, dependiendo del temperamento de cada una tomamos decisiones impulsivamente, ni nos detenemos a pensar, o no escuchamos la vocecita de la conciencia que no es otra cosa que el Espíritu Santo soplándonos... ¿Quién de nosotros no ha tomado una decisión apresurada y después se ha arrepentido? Puede suceder también lo contrario... Cuántas veces aplazamos las decisiones, las alargamos, no las enfrentamos, a veces sabiendo perfectamente qué es lo que debemos decidir... Quizá una relación no me conviene, pero me da pena y sigo... o sé que esta carrera no me llena, no me conviene, no me gusta pero sigo aplazando mi decisión por miedo a lo que me digan. Creo que en esos casos no estamos dejando que el Espíritu Santo dé la puntada perfecta, o ponga el color correcto en su lugar. Pero puede que también les haya sucedido que alguna vez tomaron una decisión difícil, aquella que a ustedes no les gustaba más y después de haberla tomado se sintieron en paz, allí sí que dejaron actuar al Espíritu Santo...

2. Cómo podemos dejar que el Espíritu Santo actúe. (Oración y sacrificio)
Y bien, el Espíritu Santo actúa de muchas y de muy variadas formas, es un experto tejedor, pintor, escultor, el artista por excelencia, y también hace obras de joyería... Todas tenemos un diamante por dentro, claro que está recubierto de roca... pero el Espíritu Santo es el que la puede pulir y hacer brillar... ¿Cómo? Ya he hablado de algunas de las formas en que el Espíritu Santo actúa en nosotras... Él sobretodo actúa en la oración... el tiempo que dediquemos a la oración es ORO para nosotros. ¿Sabemos entender la oración del Espíritu Santo en nuestra alma? ¿No nos aferramos muchas veces a nuestros propios deseos? Cuánto menos pongamos nuestra de propia cosecha, cuanto menos intervenga nuestro propio yo, tanto mayor será la gracia del Espíritu Santo.

Silencio, no solo de la lengua, sino también de los oídos, de los movimientos o gestos. La voz del Espíritu no se traduce en palabras, debemos aprender a oírlas y a comprenderlas en silencio. Nuestra respuesta es también silenciosa. El silencio causa una transformación en el alma, nos hace madurar y nos hace más sensibles para las exigencias del Espíritu Santo. El silencio es un cambio real para ir a Dios y para que Dios mismo nos salga al encuentro. Este silencio no significa mudez o insensibilidad, es como el humo del incienso que se eleva en alabanza de Dios. Sólo del Espíritu Santo nos puede venir este deseo de silencio, y nada podemos hacer sin su ayuda.

Seguramente alguna vez han contemplado algo en silencio, un paisaje, una flor, a una persona que aman, o a la Mater cuando la miran a los ojos en el Santuario. Dicen que a veces las palabras estorban... El silencio es algo que definitivamente no está en venta en ninguna parte, todo lo contrario, lo que ofrecen por todas partes es ruido, diversión, entretenimiento... Y por eso muchos tienen, quizá también entre ustedes, miedo al silencio, a la soledad, por eso el radio o la TV están siempre prendidos. Si yo pienso ahora en un artista... me da la impresión de que de vez en cuando se detiene a mirar su obra en silencio, creo que eso es importante, pues lo que quiere plasmar está en su interior y estoy segura que no tiene palabras, es más bien un sentir. Y cuando ya la obra está terminada, la contempla , y si le gusta, la va a contemplar con amor, no necesita decir nada, simplemente la mira. Talvez entre ustedes hay algunas artistas, y aunque no lo sean, seguramente les habrá pasado, que cuando terminan alguna obra, algo que les haya requerido esfuerzo, que lo han hecho con amor y dedicación, lo mirarán y re-mirarán ¿les ha pasado alguna vez? Y se me ocurre la loca idea, de que si la obra tuviera alma, también contemplaría con amor al que la creó, a quien le puso esas líneas, esos colores, a quien le dio esas formas caprichosas, a quien con cuidado y dedicación se ocupó de moldearlo, cincelarlo, pulirlo. Siempre me he dicho que seguramente, así como un artista contempla su obra terminada, así mismo Dios nos mira, pues somos su creación, su obra de arte. El fue el que me dio esa mirada tierna, o esa sonrisa, o esa disponibilidad para ayudar, esa alegría, esa facilidad para las matemáticas o para las letras, esa hermosa voz para cantar.

Alcemos nosotros también los ojos hacia ese artista, que nuestra mirada se cruce con la de Él. Qué hermoso es, cuando guardamos silencio y alzamos los ojos, dejarnos tocar por esa mirada, sentir que Él está presente, que Él simplemente "está". Esto es vivir la realidad del Santuario del Corazón, estar consciente de que Él me mira en cada momento, hasta en mis cosas más personales... eso es vivir en su presencia, si pudiéramos intercambiar miradas con Dios durante el día, haríamos todas las cosas de diferente forma, pues El, mi creador, me está mirando. Mi cuñada me contó el otro día que ella de chiquita jugaba a las escondidas con Dios, pero que obviamente siempre perdía. Claro que no se trata de sentirse mirada con miedo, sino con amor. Un niño se admira ante todo, recuperemos la capacidad de asombrarnos ante la grandeza de Dios, ante las huellas de su amor que nos manifiesta durante el día, "la admiración es la base de la adoración", un adulto es aquel que duda, que cree que lo sabe todo, que no necesita a nadie.

El Espíritu Santo es el santificador. A veces andamos desganados, no nos esforzamos, dejamos el Horario espiritual en el cajón por meses, nos olvidamos de los propósitos personales o de grupo. En la casa nos peleamos con medio mundo y no queremos ayudar o que se metan en nuestra vida. Ahí no estamos dejando que el Espíritu Santo actúe, nos santifique, nos ayude a cambiar. El necesita para ello una cierta docilidad. Ser dócil, etimológicamente significa "dejarse enseñar", querer aprender, buscar aprender, estar abiertos y dispuestos a que otro nos enseñe.

Un mártir es una persona llena del Espíritu Santo, pues es una persona que esta dispuesta al sacrificio, se deja conducir hacia lo más difícil. No pienso ahora solamente en los mártires que iban hacia los leones en la época del Imperio Romano. Siempre recuerdo que entre los testimonios de vidas llenas del Espíritu Santo que leí en un libro estaba la de un grupo de Carmelitas que durante la guerra civil española eran conducidas en una carreta a ser ejecutadas, en el trayecto iban cantando el himno Veni Creator Spiritus. Y ejemplos más actuales todavía, el Observattore Romano al final del año salió una lista de religiosos que murieron en países donde el catolicismo es perseguido. Entre ellos uno me llamó la atención. En Burundi o Ruanda, no recuerdo bien, fueron asesinados un grupo de seminaristas, entre los cuales estaban mezclados de las dos tribus, hutus y tutsis y no se quisieron separar, por eso los mataron a todos, sino sólo hubieran muerto los de una de las dos razas. Ahí también fue asesinada una religiosa que se solidarizó con ellos. Creo que entre ellos estaba muy presente el Espíritu Santo, no sólo por el espíritu de martirio, sino también por el espíritu de unidad, pues Él es el que une los corazones. Y si tomamos ejemplos más cercanos, de nuestra Familia de Schoenstatt, podemos recordar a una Hermana Mariana de Suiza que el año pasado murió en Burundi cumpliendo su deber. Después de haber llevado a una mujer al hospital, su camioneta pisó una mina y explotó matándola a ella y a su acompañante. Ella, por si acaso también salió en esa lista de mártires del 97 que el Papa leyó al final de ese año. A estas hermanas extranjeras se les ha ofrecido salir de ese país y ellas han elegido quedarse. También podemos pensar en José Engling o en nuestro Padre y Fundador cuando eligió ir al Campo de Concentración o prefirió el exilio, y bueno, él era una persona llena del Espíritu Santo y se notaba en su vida.

Por esto es importante que nos dejemos impulsar por Él a hacer pequeños o grandes sacrificios, no creo que me puedan decir que nunca tienen estas insinuaciones, de hacer un esfuerzo, un servicio, ayudar a alguien, compartir algo mío que me cuesta darlo, incluso cuando no es justo, el renunciar a algún gusto que me quiero dar, etc. Puede que sí tengan estas insinuaciones pero rapidito hacen callar esas vocecitas o se dejan llevar por las ganas. A veces no son insinuaciones que vienen del interior sino de otras personas, hay que ver qué contestamos, todos los sí los utilizará el Espíritu Santo para transformarnos, pues esa es la palabra que más le gusta, fue la que pronunció nuestra querida Mater en la Anunciación.

Y bueno de ésta y de múltiples maneras actúa el Espíritu Santo, su forma de actuar es inabarcable. Así son los artistas, hasta el día de hoy se hacen cuadros originales, músicas originales que suenan a nuevas, frescas, actuales.

3. Obstáculos que ponemos a la acción del Espíritu.
Él actúa, pero muchas veces nosotros ponemos obstáculos a esta acción, ya he nombrado algunos. Creo que uno de los principales obstáculos es el ritmo en el que vivimos hoy día, todo es rápido, tensionante. El estrés está a la orden del día, se camina rápido, se exige todo rápido, el celular suena a cada instante o yo marco a cada instante por cualquier cosita, la U, el trabajo, el cumpleaños, las cuentas que llegan, etc. ¿Cuántas de ustedes se dejan un pequeño espacio en el día para parar, para revisar el día, para conversar con Dios? Siempre volvemos a este tema, es que lamentablemente si no nos damos un momento para guardar silencio, como dije antes, no vamos a dejar que el Espíritu actúe.
Otro obstáculo es creer que nos las sabemos todas, que somos listos, que podemos arreglárnoslas por nosotros mismos con nuestra experiencia y nuestros recursos. Queremos entonces hacernos dependientes, sentirnos dependientes, como lo decía Jesús, hay que ser un niño, sólo de ellos es el Reino de los Cielos, imploremos mucho al Espíritu Santo que venga a nosotros.
Y otro obstáculo, prácticamente un pecado contra el Espíritu Santo, es la tristeza, la desesperanza. No nos dejemos llevar por el pesimismo, por la amargura, los amargados son los que no esperan, los que no sueñan, los excesivamente realistas, los que no confían en el mañana.
4. Conclusión
Mi prima, la artista que visité en mis vacaciones, es ciega, algunas la conocen, creo. Ella dice que se dio cuenta de que no se necesita ver para hacer arte, lo indispensable es sentir, esto me recuerda esa frase que el Principito aprendió de su amigo el zorro, "lo esencial es invisible a los ojos". Ella denominó a una exposición que realizó hace poco "los ojos del interior". A Jesús los discípulos lo pudieron ver, nosotros tenemos miles de miles de imágenes en las cuales representamos su rostro o su cuerpo en la cruz, incluso lo recibimos en la forma de pan. Al Espíritu Santo en cambio no lo podemos ver, pero lo podemos sentir con los ojos del interior. Y en este año podemos aprovechar de aprender de él, de sentirlo, de vivenciarlo y permitirle que vaya pintando el rostro de Cristo en nuestra alma, esta experiencia nos va a servir para toda la vida. Aprovechemos todo lo que vamos a oír sobre él, cuando hagamos el taller de los dones, o más adelante cuando aprendamos sobre sus símbolos, sus frutos, etc. Y si logramos crecer en nuestra vinculación a Él ya verán como nuestra mirada será más clara, más pura, como nuestra sola presencia o conversación podrá elevar a otros, los llevará a una mayor cercanía a Dios, seremos un signo de esperanza para la personas que nos rodean.
Así es, con sólo un fósforo encendido, que un hombre que había prendido su cigarrillo tiró sin intención al borde de un bosque, la hojarasca reseca se prendió inmediatamente, el viento atizó las llamas y se desató un incendio forestal que consumió 100 hectáreas de terreno lleno de árboles. ¡Sólo por un fósforo! También uno solo de ustedes puede desatar un incendio de bendición, si el Espíritu Santo se apodera de su alma...
Mphcev

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