Una de las frases que el Papa Benedicto XVI dijo en su tierra natal fue citada fuera de contexto y propagada irresponsablemente por los medios de comunicación suscitando reacciones de indignación y violencia. Lo que casi no citaron fueron sus hermosas alocuciones de esos días, en las que mostró que es cercano a la vida, realista, y que es un pastor que cuida y dirige a sus ovejas. En este artículo queremos citar partes de esos textos, y comentarlos, a veces sacándolos de contexto, para que fácilmente podemos aterrizarlos a nuestra vida diaria. Cualquier semejanza con la espiritualidad de Schoenstatt o el pensamiento del Padre Kentenich es pura casualidad... o humildemente, una muestra de la sintonía de nuestro Fundador con la Iglesia y de su visión profética. Ofrecemos también algunas citas de nuestro Padre y Fundador relacionadas a lo dicho por el Santo Padre.
Baviera y su tradición mariana y católica.
“También he venido como Sucesor del Apóstol Pedro, para reafirmar y fortalecer los profundos vínculos que unen la Sede de Roma y la Iglesia en nuestra tierra nativa. Estos lazos tienen una historia que viene de siglos y constantemente alimentados por la firme adhesión a los valores de la fe cristiana, una adhesión de la que la región de Baviera puede enorgullecerse. Ello es testimoniado por famosos monumentos, majestuosas catedrales, estatuas y pinturas de gran valor artístico, obras literarias, iniciativas culturales y, sobre todo, los muchos acontecimientos individuales y comunitarios que reflejan las creencias cristianas de sucesivas generaciones en esta tierra que es tan querida por mi” Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional Franz Joseph Strauss de Munich (9 de septiembre de 2006)
Fue hermoso ver la emoción del Papa al visitar su tierra, su 'heimat', su hogar. Nuestro Movimiento nació en Alemania y muchas de nuestras costumbres y tradiciones tienen origen en costumbres arraigadas en la Alemania católica. Baviera es un baluarte del catolicismo, allí surgieron las congregaciones marianas, de donde tomaron su inspiración nuestros congregantes héroes (paralelo Ingolstadt-Schoenstatt). De esa congregación mariana iniciada por el Padre Jesuita Rems en Ingolstadt el año 1604 también adoptaron los jóvenes seminaristas el título de la MTA, Mater Ter Admirabilis. A los que hemos tenido el regalo de visitar esa bella tierra, nos ha impactado mucho la cordialidad de su gente y cómo en sus casas y caminos, manifiestan su fe con imágenes de crucifijos y de nuestra Madre María. Desde el saludo “Gruss Gott” (Saludo de Dios), común en algunas regiones de Alemania y Austria, hasta el “Vergels Gott”, (Dios se lo pague), los días están traspasados de costumbres que hacen presente a Dios en nuestras vidas. Qué importante que podamos tener y dar a nuestra familia vivencias semejantes, que en nuestras casas haya símbolos que conduzcan a lo divino.
Nuestro Padre dice: "En qué pensamos cuando recordamos el terruño católico? En las ermitas, en los cruces de los caminos, en la iglesia parroquial y en nuestra casa paterna. Todas estas cosas de nuestro terruño, aparentemente secundarias, fueron símbolos de Dios y de lo divino, de la patria sobrenatural... Resumiendo podemos decir: hogar es el lugar en el cual Dios nos llevó a la eternidad a la temporalidad; es también el lugar desde el cual retornamos espiritualmente desde la temporalidad a la eternidad". (Jornada Pedagógica, 1951)
¿Duros de oído?
“No solo hay una sordera física que separa a la gente de la vida social; hay también una "dureza de audición" donde se compromete a Dios, y esto es algo que sufrimos particularmente en nuestro propio tiempo. Para hacerlo más sencillo, no somos más capaces de oír a Dios - hay demasiadas frecuencias diversas que llenan nuestros oídos. Junto con esta dureza de audición o sordera absoluta que compromete a Dios, naturalmente perdemos nuestra capacidad de hablar con él y sobre él. Y por eso terminamos perdiendo una capacidad decisiva de percepción. Arriesgamos perder nuestros sentidos internos. (...) En nuestro bautismo Jesús nos tocó a cada uno y dijo "Ephphatha" - "Ábrete" -, permitiéndonos así oír la voz de Dios y poder hablar con él. (Santa Misa en la explanada de la Neue Messe, Munich, 10 de septiembre de 2006)
Uno de los aspectos centrales de la espiritualidad de Schoenstatt es la Fe Práctica en la Divina Providencia. Aprendemos a escuchar la voz de Dios en los acontecimientos de nuestra vida y en las personas que nos rodean. Tratamos de cumplir su voluntad. El Padre nos enseñó con su ejemplo a estar atentos a los designios de Dios, a tomar decisiones basadas en lo que creemos es la voluntad de Dios y a aceptarla aún cuando nos cause dolor.
"La Familia de Schoenstatt se ha esmerado, desde su inicio, por encarnar el ideal de la colonia del cielo. Esto aconteció siempre desde el punto de vista de la adoración de la voluntad divina. Nuestra marcada fe en la Providencia nos ha llamado siempre la atención respecto de esta voluntad divina y nos ha impulsado a repetir en todas las cituaciones "He aquí la esclava del Señor, Hágase en mí según tu palabra" Por eso, el Hacia el Padre reza: "Padre, hágase en cada instante / lo que para nosotros tienes previsto. / Guíanos según sus sabios planes, y se cumplirá nuestro único anhelo." (P. José Kentenich, 9 de Junio 1968)
No sólo obras sociales
"Cuando le damos a la gente solo conocimiento, habilidad, asistencia técnica y herramientas, le damos muy poco. Rápidamente, todos los mecanismos de la violencia toman el control: la capacidad de destruir y matar se convierte en el camino dominante para tomar el poder -un poder que en algún punto podría hacerse legal, pero que nunca será capaz de legitimarse. (...) La tolerancia que necesitamos urgentemente incluye el temor de Dios - respeto hacia lo que sagrado para otros. Este respeto hacia lo que otros consideran sagrado, nos demanda aprender una vez más el temor de Dios. Este sentido del respeto puede renacer en el mundo occidental solamente si renace la fe en Dios, si Dios se hace una vez más presente para nosotros y en nosotros." (...) No imponemos esta fe a alguien. Tal proselitismo es contrario al Cristianismo. La fe puede desarrollarse solamente en libertad. Pero apelamos a la libertad de hombres y las mujeres de estar abiertos a Dios, buscarlo, oír su voz. (...) Es necesario --tanto para la vida de cada persona como para la convivencia serena y pacífica entre los hombres-- ver a Dios como centro de la realidad y como centro de nuestra vida personal. El ejemplo por excelencia de una actitud así es María, la Madre del Señor." (Santa Misa en la explanada de la Neue Messe, Munich, 10 de septiembre de 2006)
El Papa, después de agradecer a los católicos alemanes por su ayuda social y apoyo a Iglesias en el tercer mundo, les pidió que no apoyen solamente los proyectos sociales, sino también los espirituales, los de catequesis. Schoenstatt es un movimiento de renovación espiritual y de educación y a veces cuando a uno le preguntan qué hacemos, nos pregutan también sobre nuestras obras sociales. Muchos schoenstattianos han desarrollado iniciativas hermosas de tipo social o son voluntarios en fundaciones. Pero el centro de nuestro apostolado es espiritual, es forjar el hombre nuevo en la nueva comunidad, es forjar familias santas.
Tres lugares de educación
"¡Queridos padres! Les pido que ayuden a sus hijos a crecer en la fe, les pido que los acompañen en su peregrinaje hacia la Santa Comunión, en su viaje hacia Jesús y con Jesús. ¡Por favor, vayan con sus hijos a la iglesia y participen en la celebración de la Eucaristía dominical! Verán que no es un tiempo perdido; en cambio, es lo que puede mantener a su familia verdaderamente unida y centrada. El Domingo se hace más hermoso, la semana se hace más hermosa, cuando van a Misa dominical juntos. Y por favor, recen juntos en casa también: en las comidas y antes de acostarse. La oración no sólo nos acerca a Dios sino que también nos acerca los unos a los otros. Es una fuente poderosa de paz y alegría. La vida familiar se vuelve más alegre y expansiva cuando Dios está allí y su cercanía se experimenta en la oración."
¡Queridos catequistas y profesores! Los urjo a mantener viva en las escuelas la búsqueda de Dios, de ese Dios que en Jesucristo se ha hecho visible a nosotros. Sé que en nuestro mundo pluralista no es cosa fácil rescatar el tema de la fe en las escuelas. Pero ya es bastante difícil para nuestros niños y jóvenes aprender solo conocimientos técnicos y habilidades, y no los criterios que dan dirección y significado al conocimiento y las habilidades. Animen a sus estudiantes no sólo a plantear preguntas sobre asuntos particulares, sino que también pregunten el porqué y el para qué de la vida en su totalidad. Ayúdenlos a darse cuenta de que cualquier respuesta que finalmente no conduzca a Dios es insuficiente.
¡Queridos sacerdotes y todos los que asisten en las parroquias! Los urjo a hacer todo posible por hacer de la parroquia una "comunidad espiritual" para la gente - una gran familia donde también se experimente la familia aún mayor de la Iglesia universal, y se aprenda con la liturgia, catequesis y todos los acontecimientos de la vida parroquial a caminar juntos en el camino de la vida verdadera.
Estos tres lugares de educación - la familia, la escuela y la parroquia - avanzan juntos, y nos ayudan a encontrar el camino que conduce a las fuentes de la vida, a la "vida en abundancia". ¡Amén! (Celebración de las vísperas, Catedral de Munich, 10 de septiembre de 2006)
Las costumbres familiares cristianas son seguros para que nos mantengamos unidos a Dios y a nuestras familias. Qué importante también que nos sepamos vincular a nuestro párroco y participar en nuestras parroquias como familia.
“A cada costumbre familiar / aún la más pequeña, / quiero cantar jubiloso mi alabanza y gratitud” (P. José Kentenich, Hacia el Padre) "¿Qué puedo decir a los padres y madres de familia? ¡Que no subestien cosas de este tipo, en especial las costumbres religiosas! Si queremos tener una auténtica vivencia católica del hogar, no basta con vivencias espirituales en general. Deben ser vivencias religosas," (Jornada Pedagógica, 1951)
Engrandecer a Dios
Nuestra respuesta a esta lectura (el Magnificat) es cantar con María el gran himno de alabanza que ella eleva después que Isabel la llamara bienaventurada a causa de su fe. Es una oración de acción de gracias, de alegría en el Señor, de bendición por su obras poderosas. El tenor de este himno es claro desde sus primeras palabras: "Mi alma magnifica -engrandece- al Señor". Engrandecer al Señor significa darle un lugar en el mundo, en nuestras vidas, y permitirle entrar en nuestro tiempo y en nuestra actividad: finalmente, esta es la esencia de la verdadera oración. Donde Dios es engrandecido, los hombres y mujeres no son empequeñecidos: hay demasiados hombres y mujeres que se han hecho grandes y el mundo está lleno de su luz. (Santa Misa en la Plaza del Santuario de Altötting ,11 de septiembre de 2006)
Mientras más desvalidos nos sintamos , podemos recurrir al amor misericordioso de Dios . Y este amor siempre supone que no merecemos lo que pedimos o lo que se nos concede. Recurrimos a la misericordia de Dios; por otra parte recurrimos y apelamos otro título, nuestra propia miseria. Dice el Padre Kentenich:
"Sí, el miró la "humillación de su sierva". Habría bastado con decir: miró "a su sierva". No, se destaca especialmente: miro "la humillación" de su sierva. La criatureidad, por lo tanto, implica como tal una infinita distancia entre la Santísima Virgen y el eterno Dios, el Infinito. Y ella se complace en el reconocimiento de esta debilidad; se regocija, se alegra en el reconocimiento de esta limitación ante el Infinito" (P. Kentenich, Milwaukee, 1963)
El tesoro escondido en el campo
La Adoración Eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. El tesoro escondido, más grande que cualquier otro bien, es el Reino de Dios, es Jesús mismo, el Reino en persona. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro siempre esperando por nosotros. Solo adorando esta presencia aprendemos a recibirla adecuadamente, aprendemos la realidad de la Comunión , aprendemos la Celebración Eucarística desde dentro. Aquí me gustaría citar algunas líneas de Santa Edith Stein, también Patrona de Europa: 'El Señor está presente en el tabernáculo en su divinidad y humanidad. No está allí por Él, sino por nosotros: es su alegría estar con nosotros. Sabe que nosotros, siendo como somos, necesitamos tenerlo personalmente y cerca. Como resultado, cualquier persona con pensamientos y sentimientos normales se sentirá atraído naturalmente a pasar tiempo con Él, siempre que le sea posible y todo el tiempo que le sea posible' (Gesammelte Werke VII, 136ff.). ¡Amenos estar con el Señor! Allí podemos hablar con Él sobre cualquier cosa. Podemos ofrecerle nuestras peticiones, nuestras preocupaciones, nuestros problemas. Nuestras alegrías. Nuestros gozos, nuestras decepciones, nuestras necesidades y nuestras aspiraciones. Allí también podemos pedirle constantemente: ¡Señor, envía obreros a tu mies! ¡Ayúdame a ser un buen obrero en tu viña! (Vísperas marianas con los religiosos y seminaristas, en la Basílica de Santa Ana de Altötting, 11 de septiembre de 2006)
Sobre la importancia de la adoración eucarística, el Padre Kentenich les habla a las hermanas con motivo de la bendición de la Iglesia de la Adoración:
"La adoración de la Persona divina, y más aún de Cristo eucarístico, ha estado presente en nuestra familia de Hermanas desde su cuna. En ella la corriente de adoración, en el sentido estricto de la palabra, ha seguido desarrollándose en todas sus direcciones. Ha hecho escuela y ha sido utilizada como instrumento para actuar como potente fuerza motriz en toda la Familia de Schoenstatt. Así se erige ante nosotros un poderoso movimiento de adoración en toda la familia de Schoenstatt. La consagración de la Iglesia de adoración ha de entenderse como un símbolo de esta realidad." (P José Kentenich 9 de Junio 1968)
Percibir nuestra misión en la historia
La fe no está para dar miedo; en cambio –con certeza- nos llama a la responsabilidad. No debemos desperdiciar nuestra vida, ni abusar de ella; tampoco debemos guardarla para nosotros mismos; frente a la injusticia no debemos permanecer indiferentes, haciéndonos colaboradores silenciosos o incluso cómplices. Debemos percibir nuestra misión en la historia y buscar corresponder. Lo que se necesita no es miedo sino responsabilidad –responsabilidad y preocupación por nuestra salvación, y por la salvación de todo el mundo. Pero cuando la responsabilidad y preocupación tienden a volverse miedo, deberíamos recordar las palabras de San Juan: “Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis; Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo” (1 Jn 2:1). “En caso de que nos condene nuestra conciencia –Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo” (ibid., 3:20). (Santa Misa en la explanada del Islinger Feld de Ratisbona ,12 de septiembre de 2006)
Nuestro Padre y Fundador nos llama también a ser forjadores de historia:
"La tragedia no consiste tanto en que los malos sean malos, sino en que los buenos no tienen el valor de ser integralmente buenos. Es decir, en que no tengamos la valentía de arrojarnos con audacia en medio del oleaje y dejar la responsabilidad a Dios. Nos falta conciencia de misión y espíritu de conquista. Carecemos de la fuerza elemental propia de una voluntad creadora y forjadora. Debemos tener el valor de decidirnos a actuar. ¿Quién hará el cambio de rieles del tiempo actual? Cada uno debe responder por sí mismo y sus actos, en la medida en que ha recibido una tarea del Señor." (P. José Kentenich, 1950)
La belleza de la liturgia
En la Constitución sobre la Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II ( Sacrosanctum Concilium ) se evidencia que “el canto sacro, unido a las palabras, es parte necesaria e integrante de la Liturgia solemne” (n. 112). Esto significa que la música y el canto son más que un embellecimiento del culto; de hecho ellos mismos forman parte de la acción litúrgica. La solemne música sacra con coro, el órgano, la orquesta y el canto del pueblo no es un agregado que enmarca o hace agradable la Liturgia, sino un importante medio de participación activa en el culto. (Bendición del nuevo órgano de la Alte Kapelle de Ratisbona , 13 de septiembre de 2006)
El Santo Padre no se cansa de proclamar la 'belleza' de ser cristiano. Parte de ésta belleza se refleja en la liturgia, en los cantos, en la música. Qué importante es que preparemos nuestras liturgias con mucho cuidado y también agradecemos a las personas, coros etc que nos proveeen con ese hermoso apostolado.
El oxígeno para el apostolado
La auto donación generosa a los otros es imposible sin disciplina y la recuperación constante de la auténtica interioridad llena de fe. La eficacia de la acción pastoral depende, en última instancia, de la oración; de otra forma, el servicio se convierte en vacío activismo. Por lo tanto, el tiempo que se pasa en encuentro directo con Dios en la oración se puede describir correctamente como la prioridad pastoral por excelencia: es la respiración del alma, sin la cual el sacerdote sigue siendo necesariamente “desalentado”, privado del “oxígeno” del optimismo y el gozo, que necesita si se permite ser enviado, día a día, como trabajador a la cosecha del Señor. ¡Amén! (Encuentro con los sacerdotes y diáconos permanentes de Baviera en la Catedral de Santa María y San Corbiniano de Freising , 14 de septiembre de 2006)
Este llamado, dirigido a los sacerdotes, nos llama también a nosotros a no caer en el activismo en nuestra vida diaria. Necesitamos retirarnos a nuestro Santuario Hogar, nuestro Santuario del Corazón y visitar nuestro Santuario para tener fuerzas para continuar con nuestro apostolado tanto en nuestra familia como en el Movimiento y nuestra Parroquia.
El amor a María
Terminamos con esta hermosa oración del Papa en el primer día de su visita a Baviera, en la columna de la Virgen en Marienplatz, Munich:
Enséñanos -a grandes y pequeños- a asumir y llevar adelante nuestras responsabilidades de la misma manera. Ayúdanos a encontrar la fuerza para ofrecer reconciliación y perdón. Ayúdanos a hacernos pacientes y humildes, pero también libres y valientes, tal como lo fuiste a la hora de la Cruz. En tus brazos está también el Señor del mundo. Sosteniendo al Niño que nos bendice, tú misma te haces bendición. ¡Bendícenos, a esta ciudad y a este país! ¡Muéstranos a Jesús, el fruto bendito de tu vientre! Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén".( Saludo y oración ante la Mariensäule, Columna de la Virgen en la Marienplatz 9 de septiembre de 2006)
lunes, septiembre 18, 2006
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