viernes, septiembre 30, 2005
Despiértame cuando termine Septiembre
Foto: Juan Andres, Fernanda, Alvaro, Angie, Susy, Carlos, Daniela y Sebastian en Oklahoma City.
(Publicado en www.schoenstatt.de)
Esta canción de Green Day “Wake me up when September ends...” ha pegado mucho este mes que termina hoy, entre otras cosas porque esta banda de rock “protesta” grabó una edición especial en beneficio de los damnificados del huracán Katrina. Y sí, ha sido un mes marcante para este país y para todos los que vivimos en él, y el darnos cuenta de la destrucción de New Orleans parece un mal sueño del que quisiéramos despertarnos. ¡Tantas vidas perdidas y tantas personas que vieron sus vidas totalmente trastocadas!
En Houston sentimos los efectos secundarios del huracán. Los buses llegaron con miles de “evacuados” y muchísimos voluntarios de esta generosa ciudad se volcaron a ayudar, a recibir gente en sus casas, a dar tiempo después de sus trabajos a dar y recolectar recursos. De repente nuestras avenidas estaban repletas de automóviles de Louisiana, y los hoteles llenos. Se recibió a los niños en las escuelas, a las familias en nuestras iglesias y se ofreció trabajo. Se rezó insistentemente por nuestros hermanos en estos momentos difíciles.
Nos hicimos adictos al “Weather Channel” y a los pronósticos del tiempo. Cuando el Domingo 18 y Lunes 19 se empezó a divulgar la ruta pronosticada del huracán Rita, todos los canales coincidían en que éste pasaría directamente por Houston. El lunes mi hermano ya tenía una reservación en Dallas para nosotros y nuestros amigos, y cuando el Martes fue con su esposa a Walmart se encontraron que la gente se estaba arranchando las cosas, que ya no habían enlatados y el agua embotellada se estaba terminando. Y empezó el dilema, evacuamos o no... Mi hermano ya había pasado por el huracán Andrew y se quería quedar, pero mi cuñada y yo no queríamos pasar por esos días de espera y nervios e insistimos con la idea de la evacuación.
Evacuar significa salir de tu casa sin saber si cuando regreses vas a encontrar tus cosas, e implica elegir qué llevar, por supuesto, lo mínimo indispensable. Mi proceso de elección tuvo que ser rápido pues mis papás (sobretodo mi mamá) me llamaba a cada rato para que me vaya ya a la casa de mi hermano que queda una hora al norte, así que miré todo con resignación, armé una maleta, tomé mi Virgen Peregrina, mi laptop, mis cámaras, mi iPod, algunos libros y revistas, las latas y el agua que tenía y partí.
Mientras conducía tenía al menos la seguridad de que teníamos esa reservación de hotel y estábamos algo adelantados al resto, pues no tanta gente estaba decidiendo salir de la ciudad, pero mi hermano me llamó a contarme que le habían cancelado la reservación y que ya no había más hoteles en todo Texas.
Mi hermano y mi cuñada pasaron casi toda la noche buscando opciones en internet y encontraron hotel en Oklahoma City, unas tres horas al norte de Dallas. Generosamente puso a disposición de nosotros unos "puntos" que tenía, así que el hotel no nos costaba nada. Yo estaba dispuesta a irme enseguida, pero mi hermano no, pues tenía muchas cosas que dejar listo, así que pasamos casi todo el miércoles dejando arreglada la casa de ellos, los muebles alejados de la ventana, etcétera y esperando a que nuestras dos parejas de amigos se decidieran a irse con nosotros, arreglaran sus cosas y tomaran el camino. Me impactó mucho cuando por la mañana salí a poner gasolina y vi la carretera a Dallas (I-45), que queda cerca de la casa de mi hermano, que empezaba a repletarse con autos de familias que estaban evacuando.... ya no estábamos adelantados, nos estábamos retrasando. No es fácil guardar la calma en esas circunstancias.
Entremedio fue muy reconfortante recibir mails de gente preocupada por nosotros, y de la hermana Kornelia pidiendo oraciones a todo el mundo. Y luego saber que schoenstattianos “hasta Tierra del Fuego” estaban rezando especialmente. Mi “lógica espiritual” que no sé si es válida o no, me decía que esto no podía pasarle a tanta gente generosa de esta ciudad, que tanto había hecho por los evacuados del huracán Katrina. Dios no lo permitiría.
Quizá por una iluminación del Espíritu Santo se nos ocurrió mirar bien el mapa y chequear Google Maps detalladamente, y decidimos tomar caminos interiores y alternativos a la I-45 que llevaba a Dallas. Claro que eran caminos totalmente desconocidos y salimos cuando anochecía... Íbamos en dos autos, mi hermano Juan Andrés su esposa Daniela y su perro Colin en uno y en el otro mi amiga Susi su esposo Carlos y yo, y con la otra familia quedamos en encontrarnos en un pueblo del cual nunca habíamos oído hablar, ellos eran Ma. Fernanda, su esposo Alvaro, su hijito Sebastián y su perro Lucas, amigo de Colin.
Lo que me angustiaba un poco era no poder salir de Houston, no saber si esos caminos que habíamos escogido nos servirían o estarían atascados. Eran caminos oscuros con inmensos pinos a los costados. Apretaba bien el rosario, pero tanta era la impaciencia por llegar que no lo rezaba mucho. Así que el llegar a ese pueblo que era nuestro punto de encuentro y poder reunirnos con el tercer auto (y sus ocupantes) fue un gran alivio. Ahora estábamos más tranquilos, estábamos todos juntos, prácticamente fuera de Houston y al pie de una gran carretera con tráfico fluido. Más adelante supimos el suplicio que fue para cientos de miles de personas transitar por la I-45, tuvieron que pasar 20 horas en la carretera para llegar a un lugar en el que normalmente se toma 4 horas. Todo esto con un tremendo calor y el peligro de que se acabe la gasolina. La I-45 se hizo famosa, salió en todos los diarios y estaciones de television, acabo de ver una foto impresionante en la revista Time, que dice que con suerte los autos avanzaban una milla por hora.
Viajamos toda la noche haciendo varias paradas y turnos al volante. La mayoría había trabajado o estudiado todo el día, pero a pesar del cansancio todos estaban positivos y dispuestos. Hice dos turnos en dos diferentes autos y me llamó la atención que no tanía cansancio alguno. Yo personalmente sentía una protección especial y las oraciones. Me imaginaba entre otras cosas a mi mamá rezando esa oración al Perpetuo Socorro por los hijos que descubrí que ella rezaba cuando pocas semanas antes mis papás estuvieron aquí en Houston por la operación de mi hermana, que tenía cáncer. Gracias a Dios estaba en etapa inicial y pudo ser controlado. También las oraciones en esa ocasión se sintieron mucho.
Llegamos a Oklahoma City a las 5 am directo a la cama. Estábamos en dos cuartos, uno para los hombres y otro para las mujeres. Allí pasamos unos cinco días, en principio rezando y pegados al Weather Channel, barajando alternativas por si no podíamos regresar a Houston en semanas o meses, y luego aliviados y agradecidos al ver que no hubo mayores consecuencias. Fue una linda experiencia dentro de todo, pues era algo así como una vivencia de los primeros cristianos, todo lo pusimos en común, desde los alimentos hasta el shampoo... Uno de nuestros amigos lo resumió diciendo, bueno, talvez lo perdemos todo pero “we have each other”... suena un poco cursi pero era verdad.... También fue una linda experiencia la solidaridad de la gente, que nos ayudaba cuando contábamos que éramos de Houston y nos decían "Bless your heart". Bromeábamos con ponernos unas camisetas que dijerán "Evacuados de Rita". Los tomamos también como días de descansos providenciales... fuimos a museos, zoológicos, malls y yo personalmente hice algo que no me había dado el lujo de hacer antes: Pasarme todo el día en una biblioteca pública, que además era super-moderna.
Regresamos por el mismo camino e hicimos el mismo tiempo, unas 9 horas. La protección se sintió hasta el final porque estuve a punto de chocar cuando estábamos llegando a la casa de mi hermano. Cuando llegamos todo estaba bien y “saltamos” a nuestras actividades, impactados por la experiencia previa y por cómo todo iba volviendo a la normalidad, mientras nos interesábamos con la historia de evacuación de las personas que conocíamos o con las que nos topábamos.
Todos los días paso camino al trabajo por una Iglesia Metodista que tiene un cartel con mensajes interesantes que van cambiando. Estos días dice “We have been blessed!”. Hemos sido bendecidos en verdad. Gracias a Dios! Eso sí, rezamos por todos los que sí han sido damnificados por estos dos huracanes que dejaron huella en Agosto y Septiembre
Si quieren escucharlo, este es la grabación de mi podcast. iTunes, Puerta del Cielo
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